La situación merece un análisis de los dirigentes barriales para que se empoderen de la higiene de su sector, sancionando a los cochinos que quieren vivir en la inmundicia sin saber que hace daño para la salud de los niños y personas de la tercera edad, sobre todo dan una mala imagen de nuestras calles; creyéndose que son los únicos que habitan en esta tierra. Se hace un llamado de atención a no seguir con esta conducta de ser el más cochinos, también muestras ser malos vecinos y malos esmeraldeños