La película se estaba rodando en Santa Fe, una localidad de Nuevo México que tiene un aspecto desértico, ideal para grabar este tipo producciones. Después del presunto accidente, la directora de fotografía Halyna Hutchins fue trasladada en avión hacia un hospital, pero no pudo ser reanimada por los médicos de emergencia.
Mientras que Joel Souza, que también recibió atención en un centro de salud, se encuentra fuera de peligro.