Al estilo de la película 'Búsqueda Implacable', John Eisman, de 60 años, comenzó a buscar por su propia cuenta el paradero de su hija de 20 años, empezando por los lugares que su primogénita frecuentaba con su novio, Andrew Sorensen.
Lo que comenzó a causar extrañeza en las autoridades de Washington, es que al poco tiempo de la desaparición de la joven, también se reportó la desaparición de Sorensen y días más tarde encontraron su cadáver.
Tras hacer el trabajo forense en el automovil, todas las pistas señalaban a que Sorensen había sido asesinado por el padre de la hija, John Eisenman, quien fue capturado e interrogado por la Policía de Washington.
La confesión del preocupado padre dejó atónitos a los policías, dado que sin dudarlo aceptó que él mismo había matado al joven por una razón que muchos han considerado justificable, aunque otros lo consideran inentendible. Eisman contó que descubrió que el novio de su hija la raptó y la vendió a una red de tráfico sexual, razón por la que llevado por la ira, lo asesinó.
El padre enfrenta un cargo de asesinato en primer grado y se enfrenta a una pena entre 14 a 20 años.