Lea Schaad: Suecia y Finlandia no son realmente países neutrales, sino libres de alianzas. Llevan bastante tiempo deslizándose en una zona gris entre miembro de la OTAN y aliado de la OTAN.

Desde 2014, la OTAN está autorizada a realizar operaciones en su territorio y los dos países participan también en ejercicios de la OTAN. Suecia ha suministrado incluso armas a Ucrania en esta guerra. Suiza nunca lo haría.

No es la comprensión de la neutralidad lo que ha cambiado, sino que Suecia y Finlandia simplemente tienen una posición geográfica de partida diferente a la de Suiza. Finlandia comparte frontera con Rusia, mientras que Suiza está rodeada por países de la OTAN.

Entonces, ¿el ingreso en la OTAN no es una opción para Suiza?

Suiza no tiene ningún interés en entrar en la OTAN, simplemente no lo necesitamos. No solo no tenemos ninguna razón para unirnos, sino que unirnos sería incluso una desventaja: perderíamos nuestra neutralidad. Lo principal de la neutralidad es no entrar en una alianza militar.

Suiza dejaría de ser considerada un territorio neutral para las negociaciones internacionales. Eso sería una desventaja para ejercer los Buenos Oficios de mediador.

Sin embargo, desde el punto de vista de los países de la OTAN, Suiza es un polizón que se beneficia sin pagar.

Suiza es un país pequeño con un ejército de milicias. El interés de la OTAN es limitado.

Además, también es interesante para la OTAN que Suiza siga siendo un lugar en el que se puede desarrollar la diplomacia. Los demás países se benefician de tener un Estado neutral donde se puedan celebrar reuniones. Ginebra no sería Ginebra si Suiza estuviera en la OTAN.