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Jueves, 12 Agosto 2021 10:28

Santo Domingo sospecha que tiene dos casos con la variante delta

El acelerado cuadro de gravedad que experimentan los enfermos recientes por covid-19 mantiene en alerta a las autoridades de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.

Los funcionarios de la Dirección Distrital de Salud creen que la causa podría ser la nueva variante Delta.

Ese es el caso de una joven, de 25 años, quien permanece desde el 28 de julio en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Gustavo Domínguez; su salud se complicó a pocos días de haber sido internada. Los resultados de la prueba PCR, que dio positivo, son estudiados bajo la sospecha de la variante, según la epidemióloga de la entidad, Katherine Aguirre.

La paciente evidenció un comportamiento similar a la de Delta, que se caracteriza por replicarse rápidamente y afectar con más fuerza a las células pulmonares, agrega.

La joven infectada está intubada en la UCI y las autoridades no se atreven a hablar sobre una evolución favorable.

Otro caso es el de un hombre de 59 años que falleció el 22 de julio. Estuvo en Machala y se habría infectado por el contacto que tuvo con su padre, quien falleció a causa del virus.

Él retornó a Santo Domingo y con los días presentó síntomas severos. Sus familiares lo ingresaron a la UCI del Gustavo Domínguez, donde murió una semana después. Ellos esperan la confirmación sobre si tuvo o no la variante Delta.

El Inspi debe enviar los informes sobre los dos casos y aún no se tiene una fecha.

Según la información oficial, en la provincia Tsáchila hay evidencias de que circulan ocho variantes de covid-19.

Las muestras secuenciadas por la iniciativa Gisaid señalan que los casos son de los tipos Iota, Alfa, Lambda, Gama, Colombia, Delta, etc.

En un conversatorio con los medios, los funcionarios de la Dirección de Salud aseguraron que la provincia tiene condiciones para tener esas sospechas. Se habló de la permanente migración interna o población flotante desde la Sierra y Costa. Además, existe una falta de control de esa movilidad, para contener una posible expansión desde otros territorios, que ya tienen estos casos.

El incremento en los contagios es otro aspecto que alarma. Empezaron a repuntar como efecto de las concentraciones durante las fiestas de cantonización de Santo Domingo.

Según datos del Ministerio de Salud, entre el 1 y 23 de julio la provincia registró 317 enfermos con coronavirus, mientras que en el mismo período de junio hubo 297 casos.

En la información estadística de esa Cartera de Salud aún no hay cifras de los días restantes de julio de este año sobre cada una de las provincias y de los cantones.

En medio de este escenario, las autoridades creen que la provincia se perfila a tener una tercera ola de casos.

La primera fue en julio del año pasado, cuando hubo 1 677 casos; la siguiente fue en marzo de este año con 1 423 casos.

El impacto del incremento de enfermos se siente en los hospitales públicos. Las tres casas de salud con áreas destinadas para cuidados intensivos de covid-19 alcanzan una ocupación del 100%, según la epidemióloga Aguirre. Mientras que la hospitalización se encuentra en un 80%.

Para el médico y asesor del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal, Alexis Pérez, esta diferencia de 20 casos puede ser no tan significativa, pero evidencia que la curva epidemiológica tiende a elevarse, más aún cuando hacen falta los resultados de las pruebas PCR que se enviaron a Quito a finales del mes pasado y cuyos informes aún no llegan a la provincia.

Las autoridades reconocen que las actuales cifras no reflejan la real situación de la pandemia, debido a que se hacen menos test por habitante. En este momento se toman 150 en un día, cuando normalmente deberían ser 500.

Pérez agrega que este desfase hace que la valoración no sea la adecuada, porque no da pautas para que las autoridades tomen nuevas decisiones, como los controles para que se cumplan las normas de bioseguridad y el distanciamiento.

Estos operativos, que estaban a cargo de una comisión integrada por funcionarios del COE cantonal, se hacen esporádicamente en la ciudad.

El COE cantonal tampoco se ha reunido para evaluar los 30 días desde que las medidas se relajaron tras el fin del último estado de excepción y se ofreció hacer un seguimiento.

El presidente del colegio de médicos, Luis Pazos, señala que es importante que se siga verificando el uso de lavadores de manos, pediluvios, dispensadores de alcohol y gel y, sobre todo, el aforo en los sitios del aparato productivo local.

La última vez que hubo una convocatoria fue para definir los controles por los 54 años de cantonización, que se cumplieron el 3 de julio.

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