Cinco de cada 10 inmigrantes viven mayores dificultades en el país debido a que no tienen un estatus regularizado. Desde que inició la pandemia en marzo de 2020 “la situación ha ido de peor a mucho peor”. Así empieza su relato Daniel Regalado, un inmigrante venezolano que vive en Quito y que preside la Asociación Civil Venezuela en Ecuador.
Les había costado mucho llegar a estabilizarse, conseguir un empleo, en el mejor de los escenarios, estar afiliado a la seguridad social y tener un seguro médico, pero con la pandemia “todo fue como empezar de cero”.